Google me ha jodido: ¿y ahora qué?

Hoy me toca escribir un post diferente.

Dentro de tres meses esta web debería cumplir 13 años. Pero todo tiene su fin.

Antes de nada te pido un favor: rellena la encuesta del final. Es anónima.

¿Qué ha pasado?

Desde el inicio, mi objetivo ha sido acercar el mensaje minimalista al mayor número de gente posible. Me apoyé en Google porque era el canal más eficiente para conseguirlo.

Funcionó. Por aquí han pasado millones de personas. La realidad es que todo se acaba, hasta las páginas web.

Ahora:

• La gente usa la IA y no entra aquí.
• La gente busca en Google y tampoco entra aquí.

Ese es el resumen rápido.

Otra forma de verlo:

Imagina un ring de boxeo. Tú y yo estamos en el centro, sin saber muy bien por qué. A la izquierda hay un tipo que cuesta más rodear que saltar; a la derecha un morlaco de 90,7 kg con una vena en la frente que podría explotar. Suena la campana. Los dos gigantes se tienen ganas.

Pim. Pam.

Diente. Diente. Sangre. Diente.

¿De quién? Tuyo y mío, que estamos en el medio haciendo el mono.

Los gigantes (IA y Google) ni un rasguño.

Así ha sido.

Miles de páginas web han desaparecido del buscador, entre ellas zapatillasminimalistas.net, con 13 años de vida.

No me quejo. Es lo que hay. En parte ha sido culpa mía.

Demasiado diógenes: Muchos años, mucho contenido, demasiado desorden.

Lo que no quiero hacer

Ahora, la gente como tú visitará otras webs por recomendación de Google. Es normal. Los ganadores son:

• Tiendas online que venden zapatillas (Google quiere que compres).
• Periódicos y páginas web generalistas (Google quiere que consumas contenido adictivo).

Bien.

Yo no quiero seguir esos caminos.

No voy a vender calzado y tampoco voy a escribir artículos del tipo: «Le preguntamos a la Inteligencia Artificial cuáles son las mejores zapatillas minimalistas para correr» o «Arrasan en ventas las zapatillas minimalistas de 32€ que los deportistas adoran por su comodidad».

No confío en ese contenido, aunque lo haya escrito un periodista de carrera y yo sea un mindundi. Es arrastrarse demasiado. No me apetece.

Lo que sí voy a hacer

¿Cerrar el chiringuito? Lo he pensado, no te voy a engañar. Pero mi idea es otra:

1. Curar el síndrome de diógenes.
2. Echar perfume, pintar las paredes y poner una flor en la entrada.
3. Invitarte a cenar (alguna vez pagarás tú).

Traducción:

1. Borrar lo que no aporte valor.
2. Rediseñar la web.
3. Crear contenido gratuito y contenido de pago.

Venderé contenido en distintos formatos para que todo esto siga funcionando.

Lo de pagar no lo entenderán muchos. Lo sé y lo respeto. Pero hay tres buenas razones para hacerlo.

La primera: lo gratis no se valora. Pensarás que sí, pero no. Si descargas algo gratis (da igual lo que sea), lo vas a dejar en «tareas pendientes». No lo vas a leer y tampoco lo vas a aplicar. Todos tenemos una parte de diógenes. La mejor cura para eso es pagar. Si te interesa pagarás, te comprometerás y lo harás.

La segunda: subir el nivel. Con alternativas de pago podré crear mejor contenido. Sin publicidad que salte por todos los lados.

La tercera: vivir al margen de Google y de la IA. Mantener la independencia será más saludable para mí (que no me preocuparé de los gigantes) y para ti (que no leerás contenido basura).

Aquí seguirás leyendo cosas gratis, pero también tendrás la opción de comprar contenido ordenado, filtrado y de calidad.

Rellenando esto (te llevará 1 minuto) me ayudarás

Pronto empezaré con las reformas, pero antes quiero conocer tu opinión.

Completa esta encuesta.

Gracias por tu colaboración.