Nunca había hecho mucho deporte, sólo algo de gimnasio, aeróbic y cosas de ese tipo muy de vez en cuando. Pero hace unos 5 años me pareció buena idea empezar a correr con unas amigas. No me lo había planteado nunca, pero al verlo así como una actividad en grupo y al aire libre me animé a hacerlo.
Salíamos cuando podíamos o más bien cuando teníamos ganas. Ellas corrían con ‘zapatillas profesionales’. Yo, que no tenía ganas de gastar dinero en unas, corría con unas zapatillas Puma que utilizaba para vestir, pero que ya iban estando viejas. Exactamente unas eran unas Puma Speed Cat.
Cuántas veces oiría eso de:
«Tienes que comprarte unas zapatillas de correr como las nuestras, esas son de paseo, no te sujetan el tobillo, te vas a hacer un esguince…».
Yo no tenía ni idea del tema y nunca me había preocupado, pero creía que tenían razón.
Aún así no me compré otras porque sabía que lo de salir a correr no nos iba a durar mucho tiempo. Y tenía razón, 3 ó 4 meses como mucho.
Eso sí, en ese tiempo nunca tuve molestias de ningún tipo, ni lesiones, ni esguinces… sólo las típicas ‘agujetas’.
Entrenando regularmente
Hace dos año decidí retomar los entrenamientos, esta vez de forma más constante. Siguiendo aquellas recomendaciones, empecé a correr con unas zapatillas amortiguadas, las Kalenji Eliofeet, supuestamente me iban a ayudar a correr mejor. Eran bastante cómodas, sencillas, no demasiado amortiguadas y económicas.
No tuve problemas con ellas, como tampoco los tuve con las Puma de vestir, pero estas zapatillas terminaron pronto olvidadas en un armario.
Soy corredora minimalista
No pasó mucho tiempo cuando empecé, por medio de Álvaro, a conocer algo del mundo minimalista. Al principio me resultó muy chocante y extraño verlo correr con unas zapatillas minimalistas de 10€, las Newfeel Many. Iba contra todo lo que me habían dicho hasta entonces.
Álvaro me convenció para que leyera Nacidos Para Correr. Lo hice y me gustó, me gustó mucho, asi que no tuvo que decirme más, retiré las Eliofeet y compré mis primeras zapatillas minimalistas, unas Newfeel Many.
Las sensaciones fueron sensacionales desde el primer instante, comodidad y libertad, con eso bastaba, me convertí al minimalismo (previa adaptación, claro). Soy una orgullosa corredora minimalista, utilizo calzado mínimo tanto para correr como para pasear o ir al gimnasio y no pienso cambiar.
Mis sensaciones al correr minimalista son espectaculares. Los pies están mucho más libres gracias a la amplitud de este tipo de zapatillas y la sensación de volver a sentir el terreno tampoco tiene precio… ¡y lo mejor es que engancha!
Hola Raquel, lo que si que engancha es correr descalzo cuanto más corre más quiere correr, si no lo has probado hazlo en un sitio duro y limpio, (piedrecitas, ramas, etc…)
Un saludo y nos vemos.
Pues no lo he probado! Esperaré a verano, o por lo menos a que deje de nevar! :p
Un saludo!
Hola.
Estupenda «confesión».
Mi historia es más o menos como la tuya ya que comencé a correr directamente con zapatillas minimalistas (si unos escarpines se pueden considerar como tal). Las molestias en las rodillas de mi época de baloncesto nunca me habían permitido correr con regularidad, hasta que la voluntad y el minimalismo, obraron el milagro.
Sigo siendo un novato con poco más de dos años entrenando con regularidad, pero de momento sigo convencido y libre de lesiones…
Salud!
Yo también sigo siendo una novata! Pero hay mucha gente de la que ir aprendiendo.
El caso es ese, correr convencido de lo que haces, sin lesiones y disfrutando. Yo no pido más!
Como bien dices «nosotras también podemos correr con zapatillas minimalistas». Somos pocas, pero cada vez más.
Lo bueno de tu experiencia es que has llegado al minimalismo sin tener que pasar previamente por el rosario de lesiones y dificultades varias con las que hemos tenido que batallar los que venimos del mundo de las zapatillas tradicionales.
Por supuesto que podemos 🙂
La verdad es que sí, he tenido suerte. Me pasé al minimalismo a tiempo!