Los Rarámuris
La mayoría de los Tarahumaras (también llamados Rarámuris, que significa “pies ligeros” o “pie corredor”) viven en La Sierra Tarahumara, una región en la que conviven diversas culturas indígenas y mestizas.
Se ubica en ambos lados de la Sierra Madre Occidental, al suroeste del estado de Chihuahua. Cuenta con más de 50,000 km2 de extensión, con montañas que alcanzan los 3,175, como es el caso de Mohinora, y barrancas, como la del río Urique, con 500 metros sobre el nivel del mar. Es una región donde escasea el agua y el clima es extremo; en las profundas y calurosas barrancas las temperaturas máximas llegan a los 40º, en las frías cumbres las mínimas caen por debajo de los -20º.
Su capacidad física
Son reconocidos por su gran resistencia, poseen un físico de complexión vigorosa y porte esbelto, con estatura media de 1.65 m. el hombre y de 1.58 m. la mujer.
En general están bien proporcionados, destacando como cualidades la enorme resistencia al esfuerzo, la gran dureza para hacer frente a los rigores del ambiente, soportando con poco abrigo las bajas temperaturas nocturnas, así como la capacidad de sufrimiento para soportar, sin mostrar queja, el dolor físico provocado por las enfermedades, los traumatismos o el parto.
Especialmente conocidas son las carreras de bolas o rarajípari. Es un juego de pelota muy común en esta tribu y a la vez es el acto colectivo más importante que llevan a cabo los hombres. Consiste en lanzar con el empeine del pie una bola hecha de raíces de encino u otro árbol y correr descalzo o con sandalias caseras hasta alcanzarla. La distancia recorrida varía, pudiendo hacer 200 kilómetros o más durante varios días (día y noche) con el apoyo de toda la comunidad.
Varios son los historiadores que hacen referencia a los corredores Tarahumaras, como el alemán Carl Diem, que destaca la hazaña que en 1932 realizó el rarámuri Luis Rosas, quien recorrió ininterrumpidamente durante 72 horas, sobre el escarpado terreno de la región, 560 kilómetros pateando una bola de madera. El etnógrafo noruego Karl Lumholtz describe a los Rarámuri de finales del siglo XIX como los corredores más resistentes del mundo, capaces de recorrer sin descanso 260 km a un ritmo lento pero sin interrupción para llevar un mensaje de un sitio a otro. Según este autor, un hombre recorrió en cinco días la distancia que separa Guazápares de Chihuahua, cerca de 960 km alimentándose sólo de agua y pinole (mezcla de harina de maíz, azúcar, huevos…). Otro ejemplo sorprendente es una niña Tarahumara de 14 años que corrió 45km en menos de 5 horas por las barrancas del cobre.
En general podemos decir que estos conocidos superatletas son tímidos, discretos y huidizos… no son competitivos al modo occidental, entienden la carrera como una forma de unión y no de división. En contadas ocasiones han salido de sus «refugios» para correr «ultramaratones oficiales» con resultados, cuanto menos, sorprendentes:
Participaron en dos ediciones de la Leadville Trail 100, la más prestigiosa ultramaratón de EE.UU, que cuenta con 161km por terreno escarpado, una altitud mínima 2800 metros y máxima de 3850 metros. En ella los tarahumaras utilizaron su «calzado oficial», unas sandalias huaraches caseras. Aquí el perfil de la carrera:
En su primera participación (1993) un tarahumara de 55 años (Victoriano Churro, en la imagen inferior) ganó la prueba con un tiempo de 20 horas 3 minutos.
Al año siguiente se formó un equipo Tarahumara y en esa ocasión también lograron la victoria, esta vez con un tiempo de 17 horas 30 minutos (superando el record de la prueba en 25 minutos, esta marca tardó 8 años en mejorarse). 4 Tarahumaras quedaron entre los 5 primeros y 7 entre los 11 primeros. Desde entonces se vetó su participación en esta carrera… a pesar de que todos los campeones son invitados automáticamente a participar en las siguientes ediciones, no se permitió que los campeones Rarámuris volvieran a correr en Leadville.
Desconocemos el techo de los Tarahumaras pero sabemos de lo que son capaces.